Mixtos


Como en lejanos tiempos, iluminaciones:
Fotos en blanco y negro retocadas por personas que necesitaban dar un toque moderno a la esencia captada por el obturador.
Nuevamente, buscamos ir mas allá y crear algo nuevo, añadir un color, y mientras tanto, parecemos perdernos en medio del laberinto virtual en el que navegamos. Damos giros y giros para encontrar una de las salidas que buscamos, que en algún lugar está abierta sin embargo, no es tal como la imaginamos y nuestra propia mente la "pintó".


El miedo me habla, me susurra, se me acerca, me acecha.
Parece estar en la noche. Afuera, donde solo la luz de la luna parece iluminar la multitud de ventanitas.
La noche, parece ser el caos.
Observo el exterior pero me encuentro segura dentro, segura del frío, del miedo, de la obscuridad, de las ventanitas que me observarían si estuviese fuera.
Y yo que siempre amo la noche, hoy temo. No temo a la noche, sino a la obscuridad, a la obscuridad del alma, esa que llevo y no me puedo sacar. Esa que dibuja caos en mi ventana, esa que quiere entrar y salir de mí. 
Y yo dibujo garabatos en la pared para no sentirme tan sola. Para tener movimiento, ya que me castigo sola anclándome a mis paredes.
El miedo, con el sol se va. Con la noche, con el frío, el miedo se va.
Con la soledad, la oscuridad interior y las malas nuevas, el miedo se va.
No se acerca ni susurra, y si lo hace, no lo siento. 
No hay más miedo sin frío, sin noche, sin tinieblas.

El mar es horizontal.
Yo también. Puedo.

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