Sueño heredado.

Mi mami esperaba algún día verme casada.
Las vecinas le preguntaban si no quería eso, porque yo no salía mucho. No tenía tiempo de salir, a menos que fuera de noche. De noche no hay transporte público, es peligroso, y no puedo ir sola: es peligroso.

Ella sabía que yo no tenía novio. Si hubiese tenido, se lo habría contado tarde o temprano. Y si la molestaban diciéndole que tenía pero no le contaba, ella reía. Y confiaba en mí.

Confiaba en verme casada un día. Yo salía rara vez. Pero alguien tenía que ir a dejarme "hasta la puerta de mi casa". La colonia estaba llena de rejas, la gente creía que era más seguro vivir entre rejas, y que los delincuentes se quedarían afuera. Yo temía que algún delincuente me agarrara en la puerta de la reja buscando la llave de la reja. Mi mami decía que vivían dentro.

Esperaba que nos casáramos todas de blanco, era su orgullo -ya que no fuimos hombres, porque eso habría sido un orgullo mayor-.

Y cuando salía, mi mami me llamaba: ¿ya va a venir? ¿a qué hora viene? ¿la van a venir a dejar? ¿dónde la dejan? ¿a qué hora dice? Va, pues. Hay se apura mija. 
Me angustiaba tenerla así esperando por la noche. Así que opté por ir y venir lo antes posible. Me preocupaba también su salud. Sobre todo si iba más lejos. Me contaba que estuvo mala, pero que ya está bien. Yo le recomendaba llamar a mi tía médica, temiendo siempre que no lo hiciera.

Me esperaban en la parada cualquiera de los dos. Mi mami o mi papi. Ya tenía más de veinte años. Y quería sentir que era una persona adulta. Les decía que no se preocuparan, que no está lejos. Que voy con cuidado, que no me va a pasar nada. Pero se preocupaban, ellos y todos los vecinos y vecinas: A las nueve de la noche, ya no anda mucha gente por la calle. Menos ahora que hay un asentamiento tan cerca. Hay mucha delincuencia. Y aunque fuera más grande. No vaya a ser. Tenga cuidado mija. ¿no la puede venir a dejar alguien en carro?...

¿Y quién iba a tomarse la molestia? Y aquí se cierra el círculo: yo no tenía un novio, para que me fuera a dejar. Y menos con carro.

Cuando mi papi faltó iba ella. Más adelante dejó de hacerlo, dejó de hacer sus cosas, de ser feliz. Yo volvía pronto, para no hacerla salir, y para no angustiarla. La encontraba cocinando y viendo la novela. Yo nunca quería cenar tan tarde, temía engordar. Pero aprovechaba la cena para hablar con ella, lo disfrutábamos. Le hacía falta mi papi, y tenía que cocinarle a alguien. También al faltar mi papi, yo me preguntaba a quién de mis familiares-hombres-queridos-mayores les pediría que me entregasen al "supuesto futuro novio" que imaginaba que existiría algún día. Seguramente quien esté vivo para el lejano día en que me case.

Me contaba cómo aconsejaba a su hermana menor, la médica, que si no se casaba tuviera un hijo, para la vejez, como dicen. Cuando rondaba los veintiocho. 
-Mami: ¿y si yo no me casara, también me dirías que tuviera un hijo "así nomás"? 
-Ay, no sé.
Ella rió y no contestó. No se respondió a sí misma. Pero creo que la respuesta era que no. Por el repudio social o por la carga que nos significaría a ambas; o por todo. Esperaba que tuviera un novio con carro que me fuera a dejar a la casa. Y también esperaba algún día verme casada: de blanco.

Cuando faltó mi mami, faltó fundamento a la idea del matrimonio. 
Dije "No" al matrimonio, como a una droga. Y de blanco menos.

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