El misterioso caso de la evidencia exenta de delito.

Todo comenzó el día en que pasé por mi calle y había un carro con los vidrios abajo, en realidad, solo con uno abajo, el del copiloto. Era ya tarde, salí mas tarde que de costumbre de mis labores cotidianas y el bus tardó bastante más que de costumbre también. Me acerqué tranquilamente y pasé al lado casi sin darme cuenta. 

¿Estaba abierta la ventana?
Retrocedí dos pasos y volteé descaradamente .... efectivamente, tenía la ventana del copiloto abierta. Entonces estuve un rato pensando de quién será el carro y qué podía hacer para que nadie se lo robara, y dicen que por aquí como roban; me imaginaba cuánto tiempo tendría que haber trabajado el dueño o la dueña para poder comprarlo, dónde iba a aparecer despedazado, sin piezas y vendido como chatarra o quizá no iba a volver a verlo porque lo iban a revender y quizá lo iban a trasladar a otro país para que no quedara evidencia del robo.

En esas estaba cuando, pasaban unos muchachos. Yo disimulé que había visto porque entonces iban a pensar que era yo quien me lo quería robar. Pasaron a mi lado y uno le decía al otro:  “sigue igual el carro ¿estará abandonado?”.

Bien, caminé entonces dos pasos y pensé que lo mejor era llamar a la policía y reportarlo, no sé si podrían hacer algo pero, en todo caso, yo me quedaría tranquila y podría dormir bien por la noche, siempre y cuando no hubiera mucho calor. Justamente vi cómo estaba de batería y no tenía mucha que digamos, pero para una llamada si me alcanzaba. Entonces pensé que si en alguna de las calcomanías que se le pegan en el windshield podía haber un nombre o número de teléfono para comunicarme directamente con el dueño; eso sí, debía ver disimuladamente, sobre todo si pasa alguien, no vayan a pensar que soy yo quien se lo quiere robar y entonces sean ellos quienes llamen a la policía y me salga el tiro por la culata.

Mientras estaba en esas cavilaciones, venía caminando una señora, ya entradita en años, que creo yo que es vecina, porque me parece familiar. Debo haberla visto comprando en la tienda del otro lado de la calle, o no sé dónde. Se fijó en el detalle del vidrio bajado y no me había visto cuando inició su monólogo.

-¡Ay no! ¿Quien dejó abajo la ventana? Se lo van a robar... ¿O es suyo?
-No, no... no es mío. ¿Cree que si llamo a la policía haga algo? -Ay no sé, pero es muy raro ¿no?
-Sí, será que... ¿alguien lo abrió? alguien que no era el dueño, digo...
-No creo... bueno, llame y me cuenta, pero mejor espérese aquí, no vaya a ser que en eso...
-¿Será? pero ... ¿qué voy a hacer yo aquí?
-Bueno, no se preocupe, mientras llama yo voy a hacer unos mandados y regreso para que no se aburra... o por lo menos le relevo.
-No, si no es por aburrirme...pero...

Ya la señora se estaba yendo y dando por sentado que me iba a quedar salvaguardando la dignidad del automóvil. Ahora si que no quería irme, me sentiría mal si ella volvía y no me encontraba en donde me dejó custodiando el tesoro preciado, que parece que el dueño o dueña no tenía conciencia de que estaba en peligro.

Se acercó entonces el conserje del edificio de enfrente.
-¿Que pasó, dejaron abierto verdad?
-Si....
-Mire pues, yo creo que ese carro es de un señor del edificio pero no sé quien será. ¿Ya dio parte a la policía?
-No. ¿Cree usted que lo resuelvan?
-Pues no. Pero estarían avisados cualquier cosa. Y luego si se pierde le quieren echar a uno el muerto. Pero, es muy raro eso que lo dejen así, porque ya sabe como está la cosa hoy en día....
-Si... ¿será que no lo abrieron para llevárselo antes?
-Mmmm, no sé. Porque si hubieran querido se lo hubieran llevado. A lo mejor intentaron llevarse algo de adentro. O ya se lo llevaron, que son rápidos fíjese. Además ¿para qué lo iban a dejar abierto solo por que si? Ese ya le sacaron algo. 
-Si no se le olvidó al copiloto cerrar.
-Eso también, si tuvieron alguna prisa, o una emergencia. De lo contrario no se les iba a olvidar dejar cerrado. Solo por maternidad o defunción digo yo.

Entonces se acerca alguien más. Otro vecino y me pregunta a mí:

-No me diga que dejó abierta la ventana y le robaron?
-No, si no es mío el carro...
-Ay, menos mal. ¿de quién es?
-Eso quiero saber yo -dice el conserje- si creo que es de uno de los vecinos pero no sé de quien. Me parece que ya lo han dejado alguna otra vez por aquí, pero le digo que es muy raro que dejen la ventana abierta...

Así que seguían la cháchara uno con otro.
-Con la vida que se lleva ahora y las cosas tan caras...
-Si hombre, imagínese comprar otro carro en lo que saldría, pobrecito el dueño...
-Pero no se lo pudieron llevar, por lo menos. ¿Pero si le robaron verdad?
-No sé, es que acabo de llegar, porque me imagino que es de un vecino, pero, saber qué cosas tendría adentro, a saber si ya le robaron...
-Ay no, qué pecado... con lo caro que está todo... y hasta la comida, la educación de los hijos, no hay derecho....
-Pues habrá que ver. Mire pues...- se dirigía a mí nuevamente- si quiere, yo le pregunto a los vecinos que vayan entrando si saben de quién es. 
-Si es tan amable -vuelvo a entablar conversación- porque yo me tengo que ir, así usted le echa una miradita. Además no sé si puedo llamar porque tenía poca batería, mejor me voy rapidito y llamo desde casa, así no me gasto el saldo.

Venía acercándose una vecina jovencita, y va el conserje a “interrogarla”. 
-¿no es suyo el carro verdad?
-No, pero si no tiene dueño, estamos a las órdenes...
-No, es que, yo creo que es vecino el dueño, ¿usted no conoce el carro de quién es? -dirigiéndose nuevamente a mí, como si fuera mi obligación custodiar al dichoso carro: -Así ya se puede ir usted tranquilamente...
-No, si yo ya me voy, que así llamo desde casa...

Viene la pequeña intelectual y saca su teléfono salvador....
-Ah, pues yo puedo llamar a la policía si quieren, así, ya informados unos se quedan tranquilos los otros....
-Gracias, si se queda en sus manos, yo me voy...
-Ah, ahora quédese a ver-dice el otro vecino, que ya había estado callado por mucho tiempo- así se entera que dice la policía si vienen o qué hacen....¿verdad?

Bien, no sé si era exceso de cortesía, la estupidez propia del ser humano, o quizá el morbo del supuesto delito lo que me tenía ahí esperando una respuesta. Pero noto que llevo ya bastantes improductivos minutos en la escena del supuesto crimen.
La muchacha le contó a la poli que el coche está abierto, la ventanilla, si...
la del copiloto, la derecha. No, la otra no. No, no tiene seguro el timón... pues no se sabe si se han robado algo o no, estaba abierto cuando lo vimos ¿verdad? Sí, si... 
El numero de placa... ajá... la marca sí, un Opel, blanco. En la ciudad capital... si, calle tal... sí, número... no sé, aquí a la par del banco, en la esquina casi bajando de la perpendicular, el segundo. Ajá. Ahí cabal.  

Bueno. Cuelga y con tanta gente alrededor creo que mi misión terminó. La chica entró a casa, dijo al conserje que le contara, que mañana iba a preguntar y que a ver si es de alguno de los vecinos o no. El conserje ya está casi convencido. Se convenció a sí mismo.

Vinieron dos señoras más y ya estaban hablando con el otro de lo cara que está la vida y especulando sobre si el carro fue abandonado por transportar anteriormente drogas y ser un coche conocido y ya los traficantes necesitaban pasar desapercibidos y se robaron otro, o se lo compraron, si esos tienen pisto. ¿Usted cree que no? si eso da...
O acaso un asesinato, o solamente trasladaron el cadáver de un lugar a otro y tendrá alguna que otra huella o evidencia y por eso lo abandonaron... vendrá un ladroncito principiante y se va a llevar además del carro, las evidencias, ve que listos...

Una de las señoras propone que no se le olvide el tráfico de armas, o no necesariamente de alguien muerto, sino alguien vivo. Un secuestro o hasta trata de personas... que barbaridad. A ver si la policía averigua de quién es el carro... no vaya a ser de los zetas... 

Los muchachos que pasaron al principio volvieron a ver qué pasaba, al ver tanto revuelo alrededor del artefacto, y sugirieron que a lo mejor era obra de uno o varios mareros que querían robar, uno nunca sabe. O de una banda para culpar a la otra... Pero policías corruptos también hay, a saber si no era peor avisar a la policía... ¿y si se lo quedan ellos? Como la droga, ¿usted cree que la queman toda? qué va a ser!  si esos.... o se quedan con una parte o la siguen vendiendo, si para ellos mejor. Además que de policía ni se ha de ganar bien. Necesitan sus extras y de ahí ve... de ahí se aprovechan... o una extorsión. O perseguían a la gente y salieron hechos bala para escaparse...o...tal vez....

Conseguí escabullirme en medio de todas las especulaciones y estereotipos, -que no sé cuales habían más-, y salí prácticamente corriendo hacia mi casa. Y me encontré con la primera señora que había visto antes. Se acercaba a ver si ya encontraron al dueño, y se decepcionó un poco al saber que no, a lo mejor había recompensa, habría sido bueno quedarse me decía.
-Pero no se preocupe que está custodiado, no van a robárselo...
-Ah que bueno, que bueno que haya gente como usted que lo deje en buenas manos...
-Si yo no hice nada. Es mas, me vine antes que todos, que sino no salgo de allí.
- ¿Verdad? si esa gente solo anda viendo, se aburren en su casa, patas de chucho....
-Bueno, buenas tardes, ojalá que el dueño tenga todas sus pertenencias.
-Ojalá.

Llegué a casa con el gran alivio de alejarme de aquél barullo. Para mi sorpresa era mucho más temprano y había perdido muy poco tiempo en la “lluvia de especulaciones” con los vecinos. Dormí tranquilamente sin calor y con la conciencia medianamente tranquila de dejar el tumulto formado y los investigadores especulando. ¿O los especuladores investigando? Al día siguiente prácticamente había olvidado el incidente, hasta que pasé por la misma calle.

No había ni un alma, ni la policía, solamente paz y tranquilidad. 
Pasé por el mismo lugar. El carro ya no estaba, no me he encontrado con nadie que vi ese día, ni siquiera con el conserje, porque esta otro, y cuando pregunté por él me dijeron que vino a cubrir un turno. No he visto a los muchachos, ni a la muchacha que llamó a la policía. Luego pensé que pasó tan poco tiempo porque el tiempo se detuvo y fue un incidente fantasma donde el tiempo perdido corría más despacio en mi propia vida, y por eso nunca se me acabó la batería... 
Así que para aliviar mi desasosiego pienso en llamar a la policía para saber si recibieron la notificación de la muchacha. Pero suelo arrepentirme en el último momento porque más miedo me da que me digan que no, que no existe ningún Opel blanco, en esa calle, que no existe ese número de placa que dijo la muchacha, que nadie llamó nunca, que esa gente no es real y que todo estuvo dentro de mi cabeza. Si yo hubiera llamado tendría por lo menos el registro, pero por la batería, por el saldo, por que todo parecía tan real, tan pero tan real, que hasta dudo si hoy en día existen los ladrones.

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